miércoles, 4 de junio de 2008

Tarde de Copas

Gracias a la invitación de Narciso y Manolo de La Tahona Delicatessen, tuve la suerte de asisir a una demostración de cómo un vino puede se uno y trino a la vez dependiendo del tipo de copa en la que se sirva. La muestra la realizaba Joan Gané, si no recuerdo mal, de Euroselecció (distribuidor de Riedel a nievel nacional) y la cosa tuvo su aquel.
Teníamos sobre el mantel 6 tipos de copas:















1.- Chardonnay colección Restaurant
2.- Viognier colección Restaurant
3.- Cabernet S. colección Restaurant
Una copa definida como Jocker (Princesa)
Singel Malt Whisky colección Vinum
y una copa Nebbilo colección O-Riedel


Y la presentación fue así:
Probamos un Louro do Bolo de Bodegas Rafael Palacios, 100% Godello, D.O. Valdeorras y con 13,5% en las copas con los números 1 y 2 en las que el vino lo encontrábamos -la gran mayoría- mejor en nariz en la primera que en la segunda copa, pero en boca la amplitud de matices y la elegancia aparecía más marcada en la copa nº 1.
En la Jocker ni olía ni sabía, y de todos es bien sabido que es una de las copas más utilizadas en la hostelería nacional. El vino podía haber pasado por un Don Simón sin más.



El segundo vino que probamos fue un Roda 2004 en formato magnum que probamos en las copas número 1 y 3, mostrándose mucho mejor con más riqueza de matices en la copa número 3.
En la Princesa, ni estaba ni se le esperaba al vino.





Pero quizás lo más llamativo, al menos para mí, llegó a la hora de probar un whisky de malta -lamentablemente no me acuerdo del nombre- en las dos últimas copas con un resultado sorprendente. Si tomamos el whisky en la copa, vamos a llamar "cardhú" los alcoholes molestaban en nariz haciendo la degustación molesta, pero al tomar el whisky en la copa Singel Malt de Riedel no sólo se apreciaban mucho más los matices sino que ese molesto alcohol no existía debido al diseño propio de la copa.


Entrañable tarde que terminó con un whisky, chocolate de Oriol Balaguer y buena compañía.

Las fotos han sido tomadas de la web de Riedel, Distribuciones Modenes, Vinisimus y La Guardia de Navarra que espero no me cobren el copyright.

4 comentarios:

Blog De Vinis dijo...

En el güisqui (como le llaman en El País) ni entraré porque nada sé de él.
Pero el ensayo con copas me parece muy sugerente. Yo soy de esos enochalados que cuida mucho el tema de la copería y que intenta dar a cada vino lo que le toca porque, como tan bien resumes, las diferencias pueden ser abismales.
Haría bien la hostelería en general en tener en cuenta aspectos tan básicos de un buen servicio, porque demasiadas veces pasa que las copas no se corresponde, ni de lejos, con lo que estás tomando.
Muy buena entrada!
Joan

Gabriel Haro dijo...

Mario, desde luego una entrada muy buena, como se ha dicho muchas veces, la copa nos muestra el vino, y dependiendo de ciertos factores estas apreciaciones pueden variar, y darnos sorpresas. Desde luego un ejercicio muy sugerente, y que viene muy bien para notar esas diferencias.

Olaf dijo...

Juraría que había publicado un comentario aqui... En fin, misterios de los bits.

Interesante entrada Mario. A ver si te leen los que tienen restaurantes y que maltratan al vino con copas completamente inadecuadas que sirven para poco mas que para que no se derrame el vino por la mesa.
Saludos

Olaf

elbaranda dijo...

Olaf,
el comentario lo hiciste, pero en mi blog de verema ;-).
No te preocupes que el despiste no fue causado por la ingesta masiva de shiraz alicantino, jejeje.