viernes, 16 de enero de 2009

Una de cal y otra de arena

La verdad es que nunca tuve muy claro si era mejor la cal que la arena, pero en esta ocasión nos enfrentamos a dos botellas de la misma añada -1970- y de la misma zona -La Rioja-, pero con resultados totalmente distintos.
La primera botella que abrimos después de dejarla reposar durante cuatro días fue un Tondonia de 1970. Y la primera en la frente.

Las primeras impresiones no fueron nada alagueñas. Al trasluz seguía manteniendo turbidez y al quitar la cápsula y comprobar el tapón vimos que el vino había tenido fugas y por lo tanto el oxígeno había penetrado. Estábamos ante un claro caso de oxidación.
En la sucesión de fotos anteriores podéis observar el estado de la cápsula y las muestras de fuga tanto en ella como en el corcho antes de su extracción.
Armados de paciencia y de un sacacorchos de láminas nos decidimos a abrir el vino sin muchas expectativas, y así pudimos comprobar lo que ya temíamos: el vino acabó yendo por el fregadero.
Se había producido una clara oxidación del vino que lo hacía imbebible.


Sin grandes confianzas en la segunda botella, el caso es que fue todo un descubrimiento.
Nos enfrentamos ante una botella de Faustino I Gran Reserva de 1970 que se encontraba en perfectas condiciones de consumo.
Se siguió el mismo procedimiento de reposo y apertura que se realizó con la botella de Tondonia. Los problemas más complicados tuvieron lugar con la extracción del corcho y fue necesario utilizar un pequeño filtro para evitar los restos de corcho.
Pero una vez decantado para evitar posibles depósitos el vino se mostró asombrosamente vivo.
Se mostró con un atractivo color rubí en el centro evolucionando hacia teja en el menisco. De capa media-baja, como no podía ser menos, pero limpio.
En nariz aromas de frutas en licor, alhacena, tabaco rubio y notas de vainilla. Cáscara de naranja, tierra húmeda y flores secas. Elegante bouquet.
En boca mostraba aún una buena acidez y recorrido con un retrogusto marcado por las notas terciarias.
Vamos, que si no lo veo, no lo creo. 39 años y en plena forma, ¡a sus años!