
El sólo saber que a este asesino le ha costado una pena de menos de un año de cárcel por asesinado y que los poderes ejecutivo, legislativo y judicial no hayan hecho todo lo posible para que esto no sucediera me hace sentir vergüenza.
El matar sale barato para depende quién y esto rompe con mi concepto de democracia. No puede ser posible que en el siglo XXI y en un país europeo sucedan este tipo de cosas.
Hoy, si cabe, me siento más cerca que nunca de esas 25 familias a las que han perdido a un ser querido a manos de este asesino.
Sólo deseo que no vuelvan a suceder casos tan lamentables y dolorosos como éste.