martes, 1 de septiembre de 2009

01-09-1939 Día sin vino

Hace exactamente 70 años que se inició la II Guerra Mundial con el ataque a Polonia con el coste de 60 millones de vidas y por ello hoy no brindaré con vino.
No escribiré de vino, pero sí de un libro, una novela histórica brillantemente escrita por José María Beneyto que nos aclara el por qué de cómo fue posible que Hitler llegara al poder de forma democrática en Alemania y las consecuencias que ello tuvo para toda la Humanidad.


En este enlace os dejo el comentario sobre el libro realizado en www.elmundo.es, de donde he cogido la foto del libro.

domingo, 26 de julio de 2009

No prometo nada...

pero intentaré ser más fructífero y tener el blog más actualizado, aunque, como siempre, el tiempo manda y dicta sus prioridades.
Aprovechando la época estival querría recomendaros un libro que estoy leyendo y que considero de gran interés para todos aquellos aficionados al mundo del vino: "El gran libro de los vinos de Jerez".
Editado por la Junta de Andalucía y el Consejo Regulador ofrece un completo recorrido por todos los aspectos relacionados con los vinos jerezanos. Desde capítulos dedicados al "Territorio, Naturaleza y paisaje en el Marco de Jerez" o a la "Conformación de la industria bodeguera del Marco de Jerez", hasta los que tratan temas relativos a la viticultura, la vendimia, la crianza o los tipos de vinos, la arquitectura o el Jerez en la cocina.
El libro está articulado por capítulos independientes y cada uno de ellos está abordado por un especialista.
La encuadernación y presentación es excelente y bien vale sus 45 €.

Y como no podía ser de otra manera maridamos tan agradable e instructiva lectura con un Macharnudo de La Bota nº 15.
Amarillo dorado con lágrima fina y densa, que parece que te está marcando los tiempos, la cadencia para que lo vayas degustando.
Vino serio, elegante y complejo en nariz en la que las notas de crianza biológica, sus apuntes minerales y de frutos secos incitan a una irresistible degustación que resulta explosiva: buen ataque y acidez, untuosidad y salinidad a la par y un retrogusto con un ligero amargor elegante.
¡A disfrutar!

viernes, 16 de enero de 2009

Una de cal y otra de arena

La verdad es que nunca tuve muy claro si era mejor la cal que la arena, pero en esta ocasión nos enfrentamos a dos botellas de la misma añada -1970- y de la misma zona -La Rioja-, pero con resultados totalmente distintos.
La primera botella que abrimos después de dejarla reposar durante cuatro días fue un Tondonia de 1970. Y la primera en la frente.

Las primeras impresiones no fueron nada alagueñas. Al trasluz seguía manteniendo turbidez y al quitar la cápsula y comprobar el tapón vimos que el vino había tenido fugas y por lo tanto el oxígeno había penetrado. Estábamos ante un claro caso de oxidación.
En la sucesión de fotos anteriores podéis observar el estado de la cápsula y las muestras de fuga tanto en ella como en el corcho antes de su extracción.
Armados de paciencia y de un sacacorchos de láminas nos decidimos a abrir el vino sin muchas expectativas, y así pudimos comprobar lo que ya temíamos: el vino acabó yendo por el fregadero.
Se había producido una clara oxidación del vino que lo hacía imbebible.


Sin grandes confianzas en la segunda botella, el caso es que fue todo un descubrimiento.
Nos enfrentamos ante una botella de Faustino I Gran Reserva de 1970 que se encontraba en perfectas condiciones de consumo.
Se siguió el mismo procedimiento de reposo y apertura que se realizó con la botella de Tondonia. Los problemas más complicados tuvieron lugar con la extracción del corcho y fue necesario utilizar un pequeño filtro para evitar los restos de corcho.
Pero una vez decantado para evitar posibles depósitos el vino se mostró asombrosamente vivo.
Se mostró con un atractivo color rubí en el centro evolucionando hacia teja en el menisco. De capa media-baja, como no podía ser menos, pero limpio.
En nariz aromas de frutas en licor, alhacena, tabaco rubio y notas de vainilla. Cáscara de naranja, tierra húmeda y flores secas. Elegante bouquet.
En boca mostraba aún una buena acidez y recorrido con un retrogusto marcado por las notas terciarias.
Vamos, que si no lo veo, no lo creo. 39 años y en plena forma, ¡a sus años!